Por. César Castellanos
Através del profeta Joel el Señor dijo: “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.” (Joel 2:28) Los sueños de Dios están reservados para sus hijos en estos tiempos finales. Dios quiere que hagamos nuestros los sueños que Él dio en la antigüedad a sus siervos.
Debemos entender que todo lo que Dios hace es eterno, el mismo Dios que llamó a Abraham y le dio sus sueños es el que nos está llamando a cada uno de nosotros para darnos los mismos sueños, lo único que el Señor está esperando es que se levanten hombres y mujeres que estén dispuestos a creerle de la misma manera que lo hicieron Abraham y Sara. Dios no ha cambiado su sueño, Él nos quiere hacer padres de multitudes.
Más Abraham para poder concebir el sueño de Dios, tuvo que renunciar a su tierra, a su familia y a su circulo de influencia. Y salió sin tener un rumbo fijo, sólo estaba confiado en la dirección que el Señor le daría. La fe de Abraham lo llevó a depender completamente de Dios, y esto le agrado al Señor y lo bendijo diciéndole que en él serían benditas las familias de la tierra.
Tener el sueño de Dios significa que en todo lo que hagamos sea el mismo Señor el que reciba toda la gloria y toda la honra.
Que esta semana sea una semana gloriosa, donde el Señor te de el soplo de su Espíritu y su vida sea llena de la presencia de Dios, su mente sea renovada y su corazón sea ensanchado para poder recibir las bendiciones de Dios.
Fonte: http://www.mci12.com.co
Nenhum comentário:
Postar um comentário